Templo de Debod

Es una mañana preciosa de primavera, no hace ni frío ni calor. Vamos en metro hasta Ópera y desde ahí, caminando hasta el Palacio Real y la remodelada Plaza de España, llegamos hasta el Templo de Debod. ¿Cómo es posible que no hayamos venido nunca a este sitio tan bonito estando tan cerca y siendo gratis?

Cuando se construyó la gran presa de Asuán en Egipto, el templo iba a quedar inundado y el gobierno egipcio lo regaló a España por haber colaborado en la obra. Lo desmontaron piedra a piedra y lo trajeron a Madrid donde lo montaron de nuevo como si fuera de piezas de “lego”.

Paseamos, rodeamos el templo y nos sentamos en un banco a dibujar, una manera muy sana de disfrutar y soltar el estrés, relajarse y disfrutar de las cosas bonitas tenemos cerca.

Unas dicen que van a venir otro día y traer a sus hijas/os, otras vendrán con su marido. Las puestas de sol aquí son de las más bonitas de Madrid y también las noches de verano cuando hace tanto calor.